Hablamos con Wolf Hoffmann, guitarrista de Accept, previo a su presentación del 17 de noviembre en El Teatro De Flores presentando “The Rise Of Chaos” y escribiendo un nuevo capítulo en la historia de la banda junto al público argentino.
RC: ¿Cuáles son tus expectativas hacia este nuevo show en Argentina?
Wolf: Muchísimas. Tenemos muchas ganas de ya estar allá y tengo muy buenos recuerdos de tocar ahí. Los argentinos están locos (risas). Creo que va a ser una gran noche. Ustedes siempre cantan todo.
RC: ¿Por qué creés que se dio esta relación tan enorme entre la banda y los fans mundialmente?
Wolf: Es algo muy loco. Me siento muy agradecido. Hay fans que nos siguen hace 40 años cuando empezamos, hay otros que recién nos conocen, tratamos de estar en contacto siempre con todos y llevar a la banda a todos lados, desde las redes sociales y la web, aunque no hay nada más increíble que darle un abrazo en persona a alguien que te apoya desde lo lejos cuando visitás su país. Allá por los 80’s no había mucho contacto directo con los fans. Y está buenísimo que haya tantos avances.
RC: ¿Cómo fue el proceso de composición del nuevo disco?
Wolf: Fue muy tranquilo, nos tomamos nuestro tiempo y debo decir que pasó tiempo (risas). Siempre se puede grabar un disco en diez semanas pero con más esfuerzo puede quedar algo épico, al menos para nosotros. Tenemos 10 canciones que son muy fuertes y determinantes.
RC: ¿Cómo se sienten al continuar trabajando con Andy Sneap?
Wolf: Es una relación equitativa, es uno más de nosotros. El sexto Accept, sentimos mucho mucho respeto por él y por su enorme labor. Trabaja siempre con grandes bandas y nos sentimos humildes al estar con él y contar con él para nuestros discos. Nos convertimos en muy buenos amigos. Es uno más del equipo. Nunca trabajamos con un productor cuatro veces seguidas (risas). Estamos rompiendo récords juntos.
RC: Debo decir que “The Rise Of Chaos” es un gran disco. Como si cada año que pasara sonaran más pesado.
Wolf: Muchas gracias, man, estamos logrando nuestro cometido. Somos los viejitos que siguen haciendo ruido (risas). Muchos creen que establecemos el hacer un disco pesado más que el otro, pero se da naturalmente con como salen las canciones. Trato de sacar las mejores canciones que podamos. Cada disco nos muestra donde estamos en este momento. En cinco años seguramente saquemos un disco muy diferente. Simplemente pasa.
RC: ¿Cómo se creó la dinámica de trabajar por primera vez con Uwe y Christopher?
Wolf: Muy bien. Nos cambió la manera de escribir y grabar, nunca habíamos escrito todos juntos y esta vez se dio así. Creía que era mejor hacer las cosas de a dos nada más, pero en conjunto termina siendo un disco más personal y de todos al mismo tiempo. Por eso las canciones suenan de una manera especial. Establecimos nuevas cosas con este disco para nosotros. Es tremendo que sigamos aprendiendo después de tantos años.
RC: Aparte… 40 años de rockearla, nadie te puede decir nada.
Wolf: (Risas) Quiero sonar humilde pero no puedo esta vez (risas). Realmente no. Aunque toda crítica constructiva es bien recibida. No somos los dueños de nada y no pretendemos serlo. Me interesa mucho la opinión de la gente pero al mismo tiempo hacemos música para nosotros. Me llevo por lo que dictan mis instintos.
RC: ¿Cómo dieron con el nombre del disco?
Wolf: Apareció de la nada la verdad. Me encanta como suena y también refleja lo que vivimos en el presente. Además es un título muy ganchero, y en serio que define el caos mundial que sufrimos. Quizás es de un punto de vista negativo. Cada disco tiene un nombre honesto. Pero la verdad es que es muy difícil nombrar a un álbum.
RC: ¿Cómo resumirías estos 40 años de trayectoria?
Wolf: No entiendo todavía como pasaron (risas). Todavía nos veo en un garaje en Alemania. Es increíble pensar que haya pasado tanto tiempo. En mi corazón, sigo tan feliz y con ganas de seguir haciendo cosas como la primera vez.
RC: Recuerdo la última vez que los vi en 2011, en el debut de Mark acá, la energía que tienen en vivo es indescriptible.
Wolf: Oooh fue un gran show ese. Es raro, cada vez que nos subimos a un escenario sentimos una energía que vibra y nos hace muy felices. Y siempre es gracias a la audiencia y el fuego que nos dan. Este año estuvimos con todo. Tocamos en el Wacken, y con una orquesta donde pude presentar varios temas de mi proyecto solista. También fuimos a Australia, Japón, cada día es una aventura y estamos disfrutando todo lo que se viene. El tour en Sudamérica es extenso, ¡un mes entero! Vamos a estar en todos lados (risas). Vamos a ir a todos lados. Y después en enero ya vamos a estar tocando en festivales y en nuestra gira como cabezas de cartel por Europa. Vamos a expandir este caos adonde nos llamen (risas).