IMMACULATE: «LA REPETICIÓN DEL TERROR RELIGIOSO Y SU DECLIVE»

Llega a todos los cines del país, «Immaculate», o como se tradujo correctamente en Argentina, «Inmaculada», la nueva película de terror de Michael Mohan, protagonizada por Sidney Sweeney, conocida por su papel en Euphoria y la participación especial de Álvaro Morte, inmortalizado en La Casa De Papel, junto a otras actuaciones que envuelven esta particular historia de horror.

Michael Mohan repite fórmula protagónica como en «The Voyeurs», llamando a Sweeney para encarnar el rol de Cecilia, una monja que se muda a Italia para librarse de sus pecados y emprender un camino luminoso bajo la guía de Dios y su iglesia. Como es de esperarse, desde el primer segundo estamos ante una película que atenta con ser mucho más de lo que es, casi sonando como una maldición a que la carrera de Sidney se ve catapultada por fracasos taquilleros como lo fue «Madame Web» de este preciso año.
Mohan quiere ahondar en una crítica hacia el catolicismo y la religión enfundada en una fe ciega y fanática por encontrar al sucesor de Jesús en una llegada algo particular y predecible como bien clama el título del film.

En algunos recursos se ven unas leves influencias de The Omen, Suspiria o El Exorcista, pero la cinta termina haciendo constante agua en caer en los clásicos sustos rápidos, sangre eclesiástica y minúsculos alivios cómicos que entre tanto drama parecen forzados e incluso irrumpen con la vibra que plantea el guión.

Si bien cuenta con un mensaje fuerte y claro que además podría verse sujeto a no ser ficción obviando lo sobrenatural, «Immaculate» pierde fuerza en la química de sus personajes y en constantemente repetirse para sonar obvia, difusa en su cometido y vana.
La cinematografía, la estética y la producción terminan siendo de lo más logrado, con un aspecto visual notable pero que en el lenguaje se opaca por su propio peso además de sentir varias veces que esta historia ya la escuchaste y/o viste alguna vez.

Conclusión:
Seguidores del género del terror en su vertiente más religiosa, quizás se diviertan con los escasos 89 minutos de duración, pero si buscan algo distinto en el costado más oscuro del séptimo arte, miren para otro lado.

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