Una de las más tristes noticias que nos dejó el final del 2015, fue la muerte de Lemmy Kilmister, el bajista y vocalista de una de las agrupaciones históricas del rock pesado, Motörhead. Todos sabíamos de la enfermedad crítica que lo aquejaba desde hace varios años, pero tratamos de no pensar nunca en el final. Porque tanto Lemmy, como Ozzy Osbourne o Keith Richards, parecen Dorian Gray, nunca envejecen y siguen al frente de sus grupos.
Pero en esta ocasión, el destino nos devolvió a la realidad y Lemmy se fue. Y como dijeron en su momento sus compañeros de aventuras, Phil Campbell y Mikkey Dee, «Lemmy nos dejó para irse de gira eterna, seguro que vamos a encontrarnos en algún camino».
El ambiente del Rock and Roll se sacudió y fueron varias las figuras quienes le rindieron tributo al «viejo» Lemmy. Slash, quien recientemente confirmara el regreso de los Guns, junto a sus músicos le rindió homenaje con una canción el pasado 31 de diciembre en una fiesta de año nuevo en Las Vegas. Previamente el guitarrista había compartido un mensaje en honor a Lemmy donde lo comparó con la personificación y encarnación del Rock N’ Roll. Ambos músicos compartían una entrañable amistad.
Otro de los grandes ídolos rockeros que no dejaron pasar la oportunidad para recordar a Lemmy fue Ozzy Osbourne, quien, al enterarse de la noticia, dijo casi sin pensarlo, «bromeábamos sobre quién se iba a ir primero de este mundo porque nos creíamos eternos».
«Más que despedir a un músico, despido a un amigo de aventuras, un amigo de la vida. Era un gran tipo y tuve la enorme suerte de poder llamarlo días antes de su partida y ahí me di cuenta que el final estaba cerca, pero no quería darme cuenta», mencionó en una entrevista que otorgó a la versión británica de la revista Rolling Stone.
«Lemmy tenía 70 años y vivió al mejor estilo del rock al máximo. Una vez me dijo: «¿Cúal es la gracia de vivir 99 años si no lo estás disfrutando? Es mi vida y quiero pasarla bien. Y así fue, la vivió, la disfrutó y se nos fue, pero su música seguirá viva», destacó Ozzy.
Casi en el final de su mensaje, el cantante reflexionó al decir que «me queda la honor de que hayas sido parte de mi vida, pero te vamos a extrañar viejo amigo y estoy seguro que en algún momento nos vamos a encontrar, pero espero que todavía no (risas)».
En los días siguientes a la partida de Lemmy, el baterista de Motörhead, Mikkey Dee aseguró que «la banda se terminó. Motörhead era Lemmy, ni Phil (Campbell) ni yo tenemos ganas de seguir sin él, por lo tanto es el final del grupo. Pero quedarán para la historia, los discos, los conciertos en vivo y mucho Rock and Roll a lo largo de distintas generaciones».
Por eso en nuestras retinas quedarán momentos grabados como sus conciertos en Obras Sanitarias o la última vez que visitó la Argentina formando parte del Monster of Rock en Parque Sur, donde compartió el escenario con Ozzy Osbourne, Judas Priest, Malón, Plan 4, El Buen Salvaje, en una jornada inolvidable.
En mi caso recuerdo haberlos visto en la sala VIP del predio a Lemmy junto a Ozzy conversando como viejos amigos y cuando subió a escena, la magia comenzó a brillar y el sonido Motörhead estalló en el predio.
Desde 1975 cuando se inició la historia de Motorhead quedan más de 20 discos eternos de los cuales podemos recordar, «Overkill», «Bomber», «Aceof Spades», «Iron Fist», «Another perfect day», «Orgasmatron», «March or Die», «Bastards», «Sacrifice», «Snake bite love», «Hammered», «Inferno», «Kiss of death», «Motorizer», «The world is yours», «Aftershock» y el más reciente de 2015, «Bad magic».
Seguramente con el correr del tiempo llegarán los discos homenajes, los recuerdos cada aniversario, los encontrados temas inéditos, y, en algún lugar, Lemmy seguirá cantando y zapando con sus amigos que también se fueron de gira, quedando eterno en el corazón del rockero y en el sentimiento del metalero que se formó con su música.