Paul Thomas Anderson es un distinto. Él lo sabe sin necesidad de recurrir a un ego desmedido, sino que simplemente a base de un guión soberbiamente grandilocuente y pulir todo lo magistral que habita en los actores y actrices que dirige, logra que cada año que aparece, se lleve todas las miradas. «One Battle After Another» se alza anti imperialista, insulta a Trump en la cara, cuestiona todo a su paso y también pone el foco en lo bueno y lo malo de resistir. Pero el mensaje es claro: volvió a estar de moda ser fascista y hay que terminar con eso.
Con un elenco avasallante: Leonardo DiCaprio hace lo que hace siempre, Sean Penn se alza irreconocible, Chase Infiniti como la revelación, Teyana Taylor inconmensurable, Regina Hall fuera de la zona de confort, Benicio Del Toro dando la cuota de gracia, y un largo gran etcétera, «One Battle After Another» entre sátiras y realidades, arremete con todas sus fuerzas y no deja títere con cabeza a la hora de replantearse como el racismo continúa operando desde las sombras y como al fin y al cabo, lo que más importa es la familia.
La historia no da respiro desde el primer segundo, presenta sus personajes, sus propósitos y motivaciones, va inclinando la balanza a su merced y cuando lo amerita te golpea en la cara sin aviso. Desgrana las intenciones de las autoridades y se encarga de mostrar la verdadera cara del presente norteamericano. En el durante, logra conectarte con sus protagonistas y agarrarte la cabeza con sus villanos, a la vieja usanza de un Paul Thomas Anderson rabioso como en «There Will Be Blood» o «Boogie Nights», y con alguna que otra sutileza carismática pero desde el vamos, tenemos acción desmedida con la necesidad de pasarte por arriba.
Revalidar el cine de autor es algo que hay que defender día a día, en tiempos de inteligencia artificial y la búsqueda por adormecer a la audiencia. «One Battle After Another» no será la vanguardia completa, pero entre la multitud, se erige victoriosa con mostrar el arte del cine y su mensaje, la importancia de salir ahí afuera y, temo repetirme, cuestionarse el todo.
Una batalla atrás de otra, todo el tiempo.