PALERMO NECESITABA UN POCO DE MUERTE

Una de las cosas más épicas de mi vida fue haberlo conocido al señor Santiago Martinez Cartier. La música unió nuestros caminos y creó situaciones en el recuerdo como anécdotas de algún pasado distópico entre cervezas y charlas satíricas. Lejos, debo decir, uno de los artistas y escritores de la última década, y admito que lo digo sin pudor. Ser fana de mis amigxs es algo que muchas personas deberían de jactarse más seguido. Pero bueno, introducción aparte, el señor Cartier trae su nueva novela, la quinta, y sé que se vendrá la sexta, séptima, octava y más. «Palermo Dead» es el título. No sé qué están esperando para ir a conseguirlo. Con ustedes, las palabras de Santiago…

¿Cómo surgió la creación de «Palermo Dead»? ¿Cuál es el concepto que habita detrás de este Palermo Muerto y el por qué de su nombre?

La idea de Palermo Dead surgió a partir de pensar cómo va a cambiar la distribución poblacional de la Ciudad de Buenos Aires de acá a unos años, cuando el nivel del mar empiece a subir y a tragarse las zonas costeras. Bueno, eso combinado con el auge de los negociados inmobiliarios del Gobierno de la Ciudad que prometen llenar todo de megatorres y los procesos de gentrificación que están sufriendo algunos barrios tradicionales de Buenos Aires, con Palermo como ejemplo paradigmático. El nombre viene de ahí, de los Palermos (Soho, Hollywood y hasta Queens) que venden las inmobiliarias para subir el precio del metro cuadrado y expulsar en el proceso a los habitantes originales de los barrios.

En este contexto se me ocurrió que, inevitablemente, uno de los pocos espacios verdes habitables que van a quedar disponibles para construir lejos de la costa va a ser el Cementerio de la Chacarita, y todos sabemos lo que pasa cuando construimos sobre un camposanto: el mundo de los vivos y el mundo de los muertos empiezan a confluir de formas extrañas. Como recuerda uno de los personajes del libro, no hay que olvidar que “los muertos son muchos más que los vivos”.

¿Cómo fue la experiencia de editar el libro con Casa de criaturas?

El trabajo con el equipo de la editorial fue intenso pero muy gratificante. Cada parte fue laburada con mucha paciencia y amor para que cada detalle saliera como lo pensábamos. Bajo la dirección editorial de Edu Malach y Anahí Llanes (que también fue la correctora del libro) le fuimos dando forma al libro para que todo estuviera alineado conceptual y estéticamente. Las ilustraciones de Sophi Riviere no sólo fueron la frutilla del postre sino que se volvieron una parte integral de la propuesta. Un gran laburo en equipo, diría yo.

– A medida que fue pasando el tiempo, tus libros fueron girando desde lo autobiográfico pasando por sátiras políticas con mucha realidad hasta este nuevo terror cósmico etéreo hermoso, ¿por qué creés que surgió ese patrón abstracto a la hora de escribir?

La verdad no creo que sea tan abstracto el patrón. Desde Manuscritos del tiempo (Expreso Nova, 2014), mi primera novela, siento que siempre hice lo mismo que estoy haciendo ahora pero sin saberlo: una lectura sobre la ciudad de Buenos Aires y sus múltiples formas y posibilidades a través de géneros y subgéneros tradicionalmente considerados “menores”. Tal vez con el tiempo y por momentos el mensaje se volvió explícitamente político (reflejo mismo de las tensiones que se vivían en la ciudad), pero la reflexión sobre “la división de lo sensible” (definición de política, según Rancière) también creo que siempre estuvo. Fui refinando mis obsesiones y motivos, pero la esencia se mantiene.

¿Te gustaría incursionar en algún otro género literario? ¿Fueron cambiando tus influencias de escritorxs con el tiempo?

Como mis novelas presentan híbridos de distintos géneros la verdad no sé si me quedan muchos sin tocar. Para poner un ejemplo, en Palermo Dead pueden encontrar influencias de géneros como el gótico, el terror cósmico, el cyberpunk, la gauchesca, el western, el fantástico y el melodrama; hasta hay pasajes que claramente remiten a registros periodísticos y televisivos. A veces digo que lo único que me falta es escribir una novela 100% realista contemporánea, pero como ahora ya vivimos en un mundo de ciencia ficción un poco que no le voy a poder escapar al género.

Las influencias son infinitas y no sólo literarias pero si hay tres autores ineludibles para mí, cuya influencia siento desde mi primera novela hasta la última, son Manuel Puig, Philip K. Dick y Kurt Vonnegut. Después, para Palermo Dead en particular, estuve leyendo mucho de la nueva ola de terror nacional, como Samanta Schweblin, Mariana Enriquez y Luciano Lamberti; yendo un poco más atrás los cuentos de El país del humo de Sara Gallardo también fueron una gran influencia.

¿Cómo te surgió la idea de crear una estética para esta creación y de dónde salieron las mismas?

Necesitaba algo que cohesione todos los contenidos que íbamos a generar alrededor del libro para que Palermo Dead tuviera una identidad propia y reconocible, por eso a la hora de abordar a cada persona que colaboró le acerqué una selección de encuadres de películas italianas de los ‘70, en su mayoría giallos o pelis de terror de la época, que tenían una paleta de colores muy marcada que me interesaba. La referencia que más gracia causó fue una sumamente específica: no la película en sí, sino la secuencia de créditos de Seis mujeres para el asesino (1964) de Mario Bava, considerada el primer giallo de la historia.

– ¿Cómo viviste la presentación del libro en Qi del pasado mes?

Fue una velada absolutamente hermosa y también condición fundamental para que el libro saliera al mundo, ya que me negaba a publicarlo si no existía la posibilidad de hacer una presentación presencial. De nuevo, desde la producción pusimos el ojo en que cada detalle estuviera alineado con los parámetros que habíamos establecido. Un equipo conformado por Sophi Riviere, Tomás Levita y Caro Cartier se encargó de crear una puesta escenográfica preciosa bajo el concepto de “cementerio electrónico” y las lecturas estuvieron musicalizadas por el Palermo Dead Ensemble, un supergrupo conformado por Jus Recondo, Ire Paz y Ferfa Yañez, que a través de sonidos contemporáneos le dieron vida al edificio maldito. No tuvo desperdicio.

Sabiendo que sos un gran conocedor de cine, ¿cuál es tu top 5 de películas de este año y por qué?

Voy a hacer trampa y me voy a pasar de las 5 para compartir todas las películas que me parecen fundamentales de este año, pero no voy a argumentar cada una porque sino esto sería interminable:

1. Titane de Julia Ducournau
2. Los visionadores de Néstor Frenkel
3. Benedetta de Paul Verhoeven
4. Censor de Prano Bailey-Bond
5. El perro que no calla de Ana Katz
6. Pig de Michael Sarnoski
7. El apego de Valentín Javier Diment
8. Una casa sin cortinas de Julián Troksberg

Como yapa, mención especial para Candyman de Nia DaCosta por una cuestión de alineación conceptual: al igual que Palermo Dead, las Candyman (tanto la original como la secuela) hablan sobre el terror que nace a partir del proceso de gentrificación.

– Si pudieras escribir un libro / guión / película lo que quieras, con tres discos de fondo, ¿cuáles elegirías?

Depende de lo que esté escribiendo en realidad. Me gusta autoinducirme estados de conciencia alterados a través de un consumo cultural que remita a lo que estoy abordando. Por eso, por ejemplo, para escribir Palermo Dead en particular me armé una playlist con discos de John Carpenter, Boards of Canada, Popol Vuh, Godspeed You! Black Emperor y demás. De hecho, la playlist está pública en Spotify: la pueden encontrar bajo el nombre de “Para escribir terror”. ¡Buen viaje!

– La última es para que digas lo que quieras

Pueden conseguir Palermo Dead entrando a casadecriaturas.com ♥️
Se hacen envíos a todo el país.

Marcar el enlace permanente.

Comentarios cerrados.