Con el marco de la producción de un nuevo proyecto, hablamos con Yago Blanco, primer bajista de Minoría Activa y actual director y mente maestra detrás del primer documental de hardcore nacional basado en los principios del movimiento que se verá muy pronto.
¿Cómo se gestó esta idea de filmar un dvd de hardcore basado en la época del 90’ al 95, en los principios más que nada?
Yago: yo formé parte de la escena en base a los principios de la escena punk que luego pasó a ser hardcore. Yo era músico, tocaba el bajo en Minoría Activa, y después me abrí para grabar muchos recitales a los que asistía. Junto a otras personas, teníamos muchos registros en video de esos materiales, y a mi se me ocurrió hacer un revisionismo histórico desde un punto de vista que uno tiene 20 años después. Surgió la idea a partir de reunir un poco este material de archivo y las ganas de ver lo que pasó en esos tiempos.
¿Cómo viviste la escena al pasar de músico a filmar los recitales?
Y: hay una cosa que me parece muy interesante de lo que fue el B.A.H.C. (Buenos Aires Hardcore), que es una de las cosas que más rescato de esos tiempos, que tiene que ver que era toda gente que hacía. Había gente que hacía flyers o panfletos, fanzines, que tocaba en bandas, que organizaba fechas, etc. Mucho DIY (Hazlo Tu Mismo) que capaz se perdió un poco ahora. Lo que rescato es esa vivencia y como ese DIY está reflejado 20 años después de muchos de los que vivieron esa época ahora quizás no están en bandas y son tatuadores, trabajan por su cuenta o directamente se abrieron de toda esta movida. Hay cierta independiencia en el hacer que estoy buscando y quiero que se vea reflejada en el documental.
¿Qué podemos esperar del DVD?
Y: es un documental de entrevistas, con una mirada desde el hoy, no un recuerdo ni un rejunte histórico de lo que sucedió. Depende mucho de las personalidades de cada uno. Es un poco complejo, porque la idea es entrevistar a la mayor cantidad de voces posibles, hasta ahora avanzamos en la primer parte del documental. Habremos hecho unas 20 entrevistas, la idea es enfocarse en las personas más particulares de la escena pero a su vez apoyado en la multiplicidad de voces que formaron parte desde un principio.
No sé si seguís actualizado con todo lo que está pasando ahora, pero si es así, ¿cómo ves la escena de hoy en día?
Y: más o menos. La veo más juvenil, no es que esté muy actualizado pero esas marcas de las primeras épocas las noto vigentes todavía, incluso yo sigo manteniendo en alto algunos valores que aprendí a principios de los 90’. Cuestiones de familia, vida cotidiana, trabajo, otras inquietudes, que quizás a uno lo alejan de la escena en sí, pero el espíritu sigue igual.
El Straight Edge marcó un antes y un después en el hardcore, ¿va a tener lugar en el documental?
Y: si, tiene un lugar con una visión reflexiva sobre lo que es el SxE. Creo que es una postura más extrema por decirlo de este modo de pensar, de este estilo de vida. Y está bueno que siga habiendo gente que en esa época también lo era, aunque hay muchos que lo dejaron atrás. Se puede entender cuales son sus necesidades actuales y que los hizo cambiar su estilo de vida. Lo que quiero reflejar es el por qué cometieron esa decisión y saber que sienten acerca de todas las “reglas” de ese movimiento, pese a que no sigan perteneciendo a él. En mi opinión el SxE tiene una cierta contradicción de un montón de cuestiones que te incluyen a tu modo de pensar pero que al mismo tiempo te tenes que atener a ciertas reglas. Yo nunca fui Straight Edge, pero conozco a un montón de gente, que quizás de más grande, dejó de serlo porque, capaz, en esos tiempos necesitaban algo que los identifique, ya que puede ser muy contenedor en la juventud de cada uno. Ojo, que el SxE es algo que respeto muchísimo, pero que siempre encontré un tanto contradictorio.
Dijiste que venías del punk, ¿va a estar reflejado el hecho de que en los 90’s el punk y el hardcore no se llevaban muy bien de la mano?
Y: ese es uno de los puntos que más vamos a hacer hincapié. Quiero que sea vea lo que nos pasaba y que le pasaba a cada uno en particular que necesitaba diferenciarse del otro. En estos momento es el tópico en donde más estoy indagando, y hay algunos que hacen caso omiso, diciendo: “no, no pasaba nada”, mientras que otros más conscientes explican lo que pasaba en serio. En lo personal, esa necesidad de diferenciarse y separarse del punk, me resultaba un tanto infantil, porque en cuanto a ideales y música, estás mucho más cerca del punk que de todos los demás. Por eso creo que esa cercanía hacia que sea más fácil pelearse con ellos que con todos los demás. Al pasar los años, las peleas se iban achicando y se hacían más mínimas, en vez de pensar en la pelea más real. Argentina siempre tuvo mucha complejidad a la hora de elegir sus enfrentamientos. Yo creo que el hardcore y el punk tenían una diferencia mucho más concreta que en ese entonces nadie se animaba a decir o asumir, también había una diferencia social o clasista.
Lo mismo con las razzias, hace un par de años leí “Historias Del B.A.H.C.” de Julián Vadalá (cantante de Autocontrol), y me fui enterando de todo lo que pasó. ¿También se va a ver en el DVD?
Y: ese es el punto de reflexión detrás de la película en sí. Es mostrar como se vivía en ese momento y lo diferente que es ahora. Como una comparación desde una cosa más básica, que ahora parece más absurda, de cómo se hacían las salidas y así nos conocíamos. Digamos, suena absurdo pero contar eso es muy diferente a como se conocen ahora y las problemáticas que surgían en cada recital o a la salida del mismo. Un ejemplo es la gente de zona norte que se juntaba con los de Catalinas Sur. Es decir, vos veías a un pibe con una campera de una banda que te gustaba y lo seguías y en cuestión de segundos te hacías amigo de ese chabón. No era una relación virtual o por Facebook, no existía eso, había que juntarse y conocerse. Ibas siempre a la misma disquería y te hacías amigo de la gente que iba como vos, se hacía todo de una forma más natural que ahora in sucede. Ni mejor ni peor, es diferente. Vos hablás de las razzias, el hardcore generó un conflicto con la policía, más allá de la música y los lugares donde se tocaba que capaz no eran los más aptos de la ciudad (risas), sino que lo que más chocaba era la ideología, la idea de oponerse al sistema y por ende a las autoridades. Siempre se fue muy rebelde, pero a su vez no había grandes razones para que la policía use su poder, porque nunca se generó una situación en la que “nosotros” provocáramos a ellos. En los años la policía perdió ese poder de “expresarse” y salir impune, ahora hay muchísimas cosas que ayudan a que no pueda pasar eso de nuevo.
¿Tenés algún recuerdo, recital o anécdota que quieras compartir?
Y: hay montones. Creo que si uno tiene que hacer una visión del recuerdo de esa época es la necesidad o la sensación de que cada noche, cada recital era una aventura. Más o menos se sabía cuando empezaba, pero ni ahí cuando terminaba o como ibas a llegar cuando terminara. En muchos recitales, y más en esa época se hacían recitales/ fiestas por fin de año o navidad, recitales a las 9 de la mañana por decirte algo. A la distancia, uno se acuerda de que cada recital era compartir y estar encerrado por horas con gente que estaba en la misma que vos, en un lugar para 10 personas, y eramos más de 100.
En resumen, ¿cómo está resultando este trabajo?
Y: está en etapa de producción. Estamos viendo y replanteando ciertas cuestiones, tenemos que acortar entrevistas, ver y seguir viendo el material que tenemos e intentar lograr que todo lo que queremos mostrar quede reflejado. Algunos resultados diferentes que uno espera, porque uno tiene una idea y se van dando cosas que terminan haciendo que esa idea no quede tan clara. Básicamente la idea siempre fue que este documental no sea solo histórico o solamente para el público del hardcore. Es llevarlo desde un punto de vista más ajeno para que muchos conozcan la verdadera historia. Que alguien que no forma parte de esto, entienda lo que pasó y logre algún tipo de empatía con esta gente. Lo íbamos a ser este año, pero la verdad no sabemos muy bien. Prefiero guardarme la fecha para cuando lo tengamos más claro.
¿Por qué dejaste la música y te convertiste en cineasta?
Y: yo empecé a tocar el bajo en Minoría. Nunca me planteé ser músico, pero me gustaba mucho la movida, por eso puede ser que me haya hecho bajista, porque estaba muy lejos de ser cantante, no tenía el ritmo para ser baterista y bueno… de la guitarra mejor ni hablemos. El bajo era el lugar donde uno se podía parar y aparecer entre las multitudes de una forma un poco más escondida. Siempre me gustó el trabajo en conjunto, pero no era bueno en la música y las bandas eran difíciles en ese entonces, me dediqué al cine que es algo que me gusta más y me parece un camino más interesante. Desde mi lugar, yo no podía tocar (risas) y por eso preferí expresarme desde este lugar, detrás de cámara si se puede decir. Con este documental estoy volviendo a ponerme en contacto con gente que no veo hace muchos años, y ya que estoy adelanto algunos entrevistados: los chicos de B.O.D. (Buscando Otra Diversión), Moncho de Minoría Activa, gente de E.D.O. (Existencia De Odio), algunos técnicos que grabaron bandas de esa época, Lucky de D.A.J. (Diferentes Actitudes Juveniles), gente de Autocontrol, Restos Fósiles, etc. Los tuve que contactar de antemano, y si bien a nadie dejé de ver, la relación no es la misma, estamos todos más grandes y cada uno con sus mañas (risas). Ahora con Facebook te da más continuidad con toda esta gente. Hay muchas amistades que cortaste una charla hace quince años y ahora se puede retomar tranquilamente esa charla e incluso alargarla. Es indescriptible eso. El que me sorprendió fue Tuto de Alternativa Positiva que lo conocí siendo un tipo flaquito y de voz chiquita, y de golpe, vive en Barcelona, está grandote, barbudo y habla en gallego.