La premisa era simple. “American Satan” es el primer film, autogestionado por Sumerian Records, uno de los sellos más reconocidos del metalcore/ deathcore y el metal moderno mundial, con la particularidad de contar con Andy Biersack de Black Veil Brides y Ben Bruce de Asking Alexandria, representando a la escena musical, junto a actores de la talla de John Bradley (Sam de Game Of Thrones), Mark Boone Junior, Denise Richards, Malcom McDowell y Drake Bell.
Además cuenta con una banda de sonido con temas propios, y de bandas como After The Burial, Jonathan Davis, In This Moment, Deftones, entre otras.
La idea partió de Ash Avildsen, CEO del sello, quien se encargó de armar un proyecto ambicioso y que, supuestamente, sería la primera de muchas películas que, ojalá, se avecinen.
Pero desgraciadamente terminó fallando. La credibilidad de los actores es bastante aceptable, sobre todo teniendo a los dos rockstars a los la cámara ama desde sus comienzos como músicos, pero la historia no tiene ni pies ni cabeza.
En “American Satan” los protagonistas son los miembros de The Relentless, un joven grupo que intenta abrirse paso en los pasillos de Hollywood haciendo un pacto con el diablo para conseguir el estrellato y terminan siendo partícipes de una ola de asesinatos, en defensa propia, usando su música como arma para cambiar el mundo y sumirlo en el caos.
Drogas, sexo, situaciones cotidianas en la vida de los artistas, mucho rock & roll, algo de ocultismo que termina por no convencer, historias de amor y traición, y algo de humor, concluyen en un final que deja campo para una secuela que vaya uno a saber si se dará o no.
Se esperaba muchísimo más, pero como primer intento, deja con más expectativa que convencimiento.