EL RETORNO DE LOS HIJOS PRÓDIGOS

Hablamos con Martín Madariaga, guitarrista de Misa Negra, banda de death metal con distintas ramificaciones que se encuentra presentando temas nuevos y que el pasado 11 de noviembre regresaron a los escenarios. Esto es lo que tienen para decir…

– ¿Cómo se vienen preparando para la vuelta de la Misa del pasado viernes 11 de noviembre en C.C. Bula?

Martín: Estábamos muy manijas de cara a esa fecha, hace 3 años que no tocábamos e hicimos la despedida del disco en 2019, lo tocamos por última vez despidiéndolo de cara a todo lo que se venía nuevo, y pandemia de por medio, y cuestiones particulares de algunos de los integrantes, se demoró hasta este entonces. Íbamos a tocar con Dying Fetus también, pero se reprogramó para el 2023. Esta fecha del 11 fue de primera en el Club Calavera, con tremendas bandas de death metal del país.

– Siempre hicieron un death metal bastante particular entre lo ganchero cuasi rockero con toques disonantes y extremo, ahora sumándole el slam, ¿cómo se fue generando el sonido para ustedes de la banda?

Martín: la idea fue, en un principio, cuando arrancamos la banda en 2015, era hacer death metal groovero, ganchera y cancionera. Después bueno, yo soy muy fanático del slam de toda la vida, y obviamente en la idea llega para quedarse. La banda gravitó siempre dentro de ese orden, soy el único que queda de los originales de la banda. Muy rítmico, se basó en influencias de ese tipo de death metal, siempre fuimos fanas de Dying Fetus, por eso estábamos contentos de compartir fecha con ellos, y bueno, ya se dará, o de Morbid Angel, bandas que tienen momentos técnicos, rápidos y thrasheros, pero con partes grooveras siempre presentes. No pretendemos emular sonidos ni creemos que haya sucedido, quizás a veces nos dijeron de tener ese lado como death n’ roll, pero no nos sentimos identificados con eso. A veces la dificultad de poder catalogarla dentro de un espectro específico, es por el estilo de Misa Negra propia, es escaparnos un poco de los géneros, coqueteando con otros estilos y ser versátiles y complejos a la hora de estar en un canon que la gente quiere encasillarnos.

– ¿Cómo fue el proceso de composición de Caústico y Manumisión? ¿Hay algún concepto detrás de estas canciones?

Martín: fue muy similar al de primer disco, yo me encargué de crear los riffs, y la estructura, columna vertebral. Siempre tuve la mano derecha de algún compañero, en la primera época lo cumplió Guido Occhiuzzi, hoy flamante guitarrista de Undermine, y ahora lo hace el ahora bajista, Joaco Vázquez, también de Sorgsen, que además de tener mucha maña con programas de grabación, es muy creativo y me da una mano a la hora de gestionar estas ideas. Pero todo nace de mi lado maqueteando desde mi casa.
Hay un concepto, pero siempre lo dejé para los vocalistas que armaron esas letras de manera super independiente, vimos algunas cositas de producción muy finitas, pero te diría que más allá de eso, es de ellos. En caso de Cáustico, Gonzalo de Burden Rage se hizo cargo de eso y la letra es la que da la forma, gracias a Manuel Ortiz, que es el encargado detrás del arte. Toda la idea de la posesión de un demonio en un cuerpo, lo cual, si quieren saber más tienen que leer la letra, mientras que Manumisión, tiene que ver mucho más con el primer disco, con ese lineamiento, claramente protestando y señalando los horrores y funcionamientos maquiavélicos de la institución de la iglesia, de eso se encargó Leandro Schmidt, vocalista y guitarrista de Encoffined, la banda de old school death metal de Córdoba.

– ¿Qué recuerdan de la grabación de Ceremonia? ¿Cómo se sienten respecto a ese disco desde su edición?

Martín: fue muchísimo más compleja y larga, plagada de problemas de organización y logística entre nosotros. Éramos mucho más inexpertos y con una versión de hacer las cosas mucho más under, mientras que hoy con recitales encima, contactos, experiencia y otra manera de ver las cosas para hacerlo de forma más prolífera. Todos están con laburos, sabemos cómo es esto de hacer metal en Argentina, nadie labura de esto. Finalmente terminó de muy buena manera Ceremonia, tremendo producto, pero creo que ahora podemos trabajar de mucha mejor manera, con estos singles salimos más rápido y productivo, pese a algunos retrasos. Esperemos que siga siendo así.
A pesar de todo lo que costó Ceremonia, estamos muy satisfechos con el sonido, gracias a Pablo Román, que también nos ayudó con estos singles nuevos.

– ¿Se puede adelantar algo del disco que vienen armando?

Martín: es un disco pero formado por distintos lanzamientos en formato EP. Consideramos con los que somos integrantes fijos de Misa Negra, es mantener a la gente en vilo, más atraída y atenta al proyecto, dado que hoy por hoy, vos sacás un disco de 10 o 12 temas, y la gente te escucha tres nomás y después cambian a otra cosa. Por eso nos vamos a manejar así. Hay una movilidad de plataformas digitales que genera publicidad y lo que escucha la gente, para poder llegar a más personas. Lo mejor es adaptarse a eso. Como mucho sacar un EP de 4 o 5 temas, o algo de la extensión de Ceremonia, superar un disco de más de media hora genera eso de que la gente no escucha.
Se vienen cosas sludge, grindcore, mucha data que muestra otras caras, todo cruzado de manera transversal por el groove.

– ¿Cómo ven el presente del metal extremo nacional? ¿Cuáles bandas les gustan y/o les gustaría tocar?

Martín: ha crecido en lo que tiene que ver con sus bases del under. Cuando Misa Negra, mediados o fines de 2016 o antes inclusive, no recuerdo con exactitud, recuerdo que Noiseground nos invitó a un Roxy para tocar junto a Sobre Tus Cenizas y Mastifal, en aquel momento fue impactante, porque no era normal que una banda que no tuviera ni siquiera material sacado en ese momento, recién arrancábamos nosotros y Ceremonia salió a mediados de 2019, no era normal tocar en un Roxy acompañados de bandas de esa talla y era muy extraño. Nos sentimos halagados por estar en ese lugar y sabíamos que no era un lugar que cualquier banda había ocupado. Hoy por suerte, cualquier banda del under que suena bien y tiene una propuesta interesante, termina tocando en escenarios como Roxy, Uniclub y otros de la misma calidad que se puede tocar con un sonido mucho mejor y un marco más grande, o El Emergente de Almagro. Hay muchísimas bandas que pueden hacerlo, sin necesidad de ser revolucionarias, hay otra facilidad gracias al público que apoya. La escena ha crecido a comparación de 5 o 7 años para atrás, nos alegra mucho eso y ayuda para hacer más cosas.
Te podría decir una lista infinita de bandas, hay muchos compañeros haciendo productos musicales muy buenos, pero nosotros estamos preocupados por compartir las fechas que sean con amigos, bandas que se presten a compartir de la mejor manera y eso es lo que nos interesa más que nada, no importa lo demás. Mientras sea gente buena onda que tire para adelante.


– ¿Cuáles son sus planes para lo que queda del 2022 y en vistas del 2023 que ya llega?

Martín: estamos terminando de armar el single que se viene, esta fecha de noviembre fue la única del año. Luego de eso, consideramos que hasta el año que viene volveremos antes de la fecha de Dying Fetus, o si quizás agreguemos alguna en marzo o abril. Todo dependerá de las propuestas que se nos acerquen. Agradecemos muchísimo todo el aguante.

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