Se dice que el marketing vende 3/4 de lo que es una película, y en materia de difusión, «Longlegs», la nueva película de Oz Perkins, uno de los directores de terror más interesantes de la segunda década de los 00’s, con Maika Monroe y Nicolas Cage como protagonistas, se encasillaba a una suerte de horror policial cruza de los crímenes retratados por Fincher con lo aterrador de Sinister.
A pesar de contar con una personalidad muy propia, sobre todo gracias a la tremenda labor de Nicolas Cage como Longlegs y a una Maika Monroe abrumadora como la agente Lee Harker, Perkins retrata una seguidilla de asesinatos en serie que transcurren a lo largo de varias décadas a cargo de un ser sombrío, oscuro y ocultista.
Los primeros dos tercios de film son avasalladores, la atmósfera tortuosa se mezcla con una cinematografía increíble a cargo de planos sugestivos a la hora de retratar figuras humanas y no tan humanas, usando cada aspecto del plano como recurso aunándose en una lentitud que reluce cierto dejo de angustia y desesperación hacia lo que pueda llegar a suceder con una ansiedad que controla la dirección de la cinta en todo momento, sumada a todo el carácter de develar quién está detrás de tales horrendos sucesos. Mientras que vamos viendo de a poco como la versatil locura de Cage se desencadena y hace lo que quiere cada vez que participa de la historia, mientras que Monroe se erige como una protagonista a empatizar y contener, con una voluntad enorme hacia su cometido y propósito.
Pero a medida que se va llegando al final, en el marco del plot twist, se cae estrepitosamente mediante explicaciones sobrenaturales y propósitos desmedidos que no van en conjunto con lo visto antes, donde los simbolismos y mensajes juntaban fuerza, y terminan desvaneciéndose en pos de dejar todo en un delirio satánico demoníaco, cuando quizás la mejor opción, al menos para quien escribe, era que todo ronde alrededor del realismo.
De forma críptica, Longlegs se presenta como lo que es, una gran película de terror, que podría haber sido mucho más pero que decidió permanecer en la comodidad. Oz Perkins aún así siempre deja que hablar con su filmografía, sumándose a «The Blackcoat’s Daughter» o «Gretel & Hansel» en su más que aceptable labor, y dejando más expectativas para «The Monkey», a estrenarse en 2025.