NACIDOS PARA ARDER

LA HISTORIA DEL BLACK METAL

Admito que decidí usar el mismo nombre del libro para titular esta entrevista por cierto tipo de facilidad. Pero no rondando la conformidad, sino porque realmente no hay mejor forma de definir y encabezar esta nota que por su propio nombre. «Nacidos Para Arder: La Historia Del Black Metal», editado por Jedbangers, está escrito por Matías Gallardo, periodista y especialista en metal extremo, que realizó una exhaustiva investigación sobre el nacimiento de uno de los géneros de música más extremos y no convencionales habidos y por haber, con un enfoque humano y de caracter empático hacia sus protagonistas con sus respectivas historias, realizando más de 100 entrevistas a personas relacionadas al movimiento. Sin más, nos comunicamos con él para desglosar y adentranos en esta gran obra. Esto es lo que tiene para decir…

– ¿Cómo se dio la creación, gestión y el escribir este gran libro Nacidos Para Arder? ¿Cómo diste con el nombre del libro?

Matías: La idea surgió casi al mismo tiempo que empezó el brazo editorial de Jedbangers, hace ya varios años. Hugo (García, editor de Jedbangers) tenía la idea de lanzar diferentes libros relacionados al metal, y me propuso hacer uno sobre la historia del black. Si bien acepté enseguida, me llevó un tiempo definir el enfoque que quería que el libro tuviera. Una vez que tuve eso resuelto, lo que siguió fue el trabajo periodístico más tradicional: investigar muchísimo, conseguir a los entrevistados, llevar a cabo las notas, entrecruzar testimonios, desgrabar, traducir, y así hasta tener un volumen suficiente de información que me permitiera poder armar una narración coherente. De hecho, no escribí una palabra hasta que no estuve seguro de tener esa narración más o menos definida en la cabeza. Pero, con eso preparado, el proceso de escritura y organización de los capítulos fue bastante expeditivo. Aun así, tardé un par de años en tener un borrador terminado. Con la pandemia aproveché para hacer algunas notas adicionales, agregar más contenido, y empezamos con Hugo a revisar y corregir el manuscrito hasta quedar contentos. Finalmente, nos dedicamos a resolver la estética del libro y las cuestiones más burocráticas, como decidir qué fotos incluir, qué ediciones se harían, cómo se imprimiría, etc. Respecto al nombre, y como probablemente sepas, Nacidos para arder salió de la canción “Born for Burning”, del segundo disco de Bathory, The Return…, lo cual tiene total sentido. Hubo otras opciones en consideración, que por suerte a esta altura han sido olvidadas. Nacidos para arder encajaba perfecto con la idea que tenía sobre este proyecto y también era un lindo guiño a la tendencia incendiaria que ciertos músicos del género supieron tener en algún momento.

RC: Vengo leyendo de hace mucho tiempo tus reviews, notas y comentarios sobre el lado más extremo del metal en Jedbangers, ¿cuál es el resumen que harías hasta ahora de toda tu trayectoria en esta tremenda revista?

Matías: Empecé a escribir en Jedbangers mientras terminaba la secundaria, y lo primero que se me ocurre es que seguir haciéndolo quince años después resulta bastante increíble. En todo este tiempo aprendí el oficio de escribir, tuve la posibilidad de tratar a varios de los músicos que me cambiaron la vida e hice algunos de mis amigos más queridos. Y todo eso como parte de un equipo que lleva adelante un proyecto autogestionado, editando revistas y libros en formato papel, dedicados a un género musical no mayoritario y en un país donde las cosas no siempre funcionan. Es un sueño hecho realidad.

RC: Es inmenso el laburo que armaste con más de 100 entrevistas, ¿alguna anécdota con los entrevistados? ¿Cuál fue la nota más difícil de hacer y por qué?

Matías: No recuerdo alguna dificultad puntual con un entrevistado más allá de cuestiones normales como tener que insistir con ciertas preguntas o mantenerlos en tema. En general, lo más difícil fueron los tiempos muertos que existían entre el contacto inicial y el momento de concretar la entrevista, algo que podía, según el caso, durar meses. Pero me encontré con gente muy predispuesta a hablar y ayudarme bastante. Incluso los músicos noruegos, con la reputación que los precede, resultaron ser de las personas más amables con las que pude hablar.

RC: Además de charlar con personas que estuvieron en la creación desde el primer segundo del género, también incluiste bandas como Deafheaven, Myspyrming, Alcest que exploran más allá de la composición musical “común” por así decirlo, y personas detrás de Xasthur y Leviathan por poner dos ejemplos, que de forma global componen un estándar más de culto y subterráneo, ¿qué te llevó a querer abarcar todas las vertientes del black metal?

Matías: El objetivo no fue abarcar todas la variantes -de hecho, hay algunas que no están incluidas-, sino trazar una cronología desde los comienzos del estilo a principios de los 80 y mostrar cómo fue su evolución hasta llegar a nuestros días. Eso implicaba incluir, por supuesto, a los pioneros, pero también a bandas que ayudaron a que el black metal se diversificara en un montón de aspectos, ya sea a nivel sonoro, estético o ideológico. Xasthur y Leviathan, por ejemplo, hicieron eso en Estados Unidos. Ambos reintrodujeron la idea del grupo de un solo integrante, se apoyaron fuertemente en el costado más depresivo/suicida del género e incorporaron elementos del ambient y el post punk, logrando un resultado bastante personal. Por otro lado, me parecía interesante poder discutir los aportes de grupos como Deafheaven y Alcest, porque no hay dudas de que su música incluye características del black metal, pero su lugar de pertenencia dentro de este sonido siempre fue un tanto borroso. Creo que esa amplitud ayudó a que el relato final fuera mucho más rico que si me hubiera dedicado a escribir sobre alguna ramificación específica o a contar la historia del black metal desde su costado más sensacionalista.

RC: ¿Hay alguna banda y/o artista que sentís que haya quedado afuera o que te hubiese
gustado entrevistar?

Matías: Me hubiera gustado desarrollar un poco el nacimiento de ciertas escenas, como las de Brasil, Suecia o Finlandia. Todas ellas están llenas de bandas e historias muy interesantes que, a futuro, tal vez pueda contar. Sin embargo, estoy muy satisfecho con el resultado final porque creo que le hace justicia a la historia del género.

RC: ¿Cómo llegó el black metal a tu vida y qué representa para vos en tu día a día?

Matías: Como les pasó a tantas otras personas, llegó principalmente por curiosidad. Crecí sin referencias musicales porque mis hermanos mayores no escuchaban metal, así que tuve una formación bastante autodidacta, con todo lo caótica que ese tipo de formación suele ser.
Descubrir el black metal fue la consecuencia lógica de profundizar en el costado más extremo del metal. Por supuesto que también fue una consecuencia de interesarme en las historias macabras que flotaban a su alrededor. Era imposible ser adolescente y no quedar fascinado por el costado extramusical que siempre tuvo este tipo de música. En especial en un momento donde, si bien internet ya estaba más extendido, todavía no habían explotado las redes sociales y no estábamos tan hiperconectados y con acceso a tanto contenido. Pero nada de eso hubiera importado tanto si debajo de los crímenes y los incendios no hubiera existido una base musical sólida, que fue lo que realmente me atrapó. No estoy seguro de que el black metal represente algo en mi día a día en términos, digamos, filosóficos. Sí puedo decir que fue una puerta de entrada a varios universos distintos. El black metal es la música que más consumo y, a través de ella, llegue a un montón de otros géneros de música alternativa. Si hoy escucho música ambient, electrónica, avant-garde, post rock, industrial, shoegaze, neofolk o jazz es porque antes me crucé con alguna banda o músico de black metal que me expuso a eso.

RC: ¿Cuáles fueron tus discos, películas, libros y shows preferidos de este 2022?

Matías: Al menos en la música, este año estuve más enfocado en volver a revisar ciertas discografías, así que no incorporé tanto material nuevo como me hubiera gustado. Dicho eso, me gustaron mucho los discos de Watain, Negative Plane, Author & Punisher, Voivod, Thos Ælla, The Cult, Sumerlands, Mars Volta, Hellacopters, Blut Aus Nord, Misþyrming y Porcupine Tree. Disfruté mucho de ver Argentina 1985 de Santiago Mitre y, en especial, de This Much I Know to be True, la nueva película de Andrew Dominik sobre Nick Cave y su proceso creativo (en este caso, la creación de los discos Ghosteen y Carnage). Mi libro favorito editado este año fue Miles de ojos de Maximiliano Barrientos, que me pareció muy bueno. Es una novela distópica que mezcla Lovecraft, Mad Max y black metal, por lo que me enganchó desde un principio. Por último, cada vez voy a menos shows, y la verdad es que ninguno de los pocos que vi este año me conmovió.

RC: ¿Cuál es tu opinión acerca del black metal y del metal extremo nacional y sudamericano? ¿Cuáles bandas te gustan / recomendarías?

Matías: Hace rato ya que el metal extremo sudamericano tiene propuestas que están al mismo nivel (o a un nivel superior) que muchas de las cosas que nos llegan desde otras latitudes.
Supongo que tiene que ver con el mayor acceso a equipos y a métodos de grabación, y también con la multiplicidad de canales que hoy existen para compartir lo que uno hace. En Argentina, el black metal nunca fue muy popular, y no creo que la situación haya cambiado mucho. Al día de hoy, los shows de bandas internacionales del estilo no llevan demasiada gente. Sin embargo, hay un montón de grupos nacionales buenísimos y que vale la pena seguir, como Ysyry Möllvun, Los Males del Mundo, Downfall of Nur, Psicosfera, IER, Ages of Blood, Ühtceare o Genuflexión. Varios de ellos incluso han logrado −muy merecidamente− ser editados por sellos renombrados del exterior. En definitiva, en Argentina el black metal sigue siendo un consumo muy minoritario −incluso dentro del metal extremo− pero aquel que busque va a encontrarse con una escena que, a nivel artístico, creo que está pasando por su mejor momento.

RC: ¿Cuáles son tus planes para el 2023 tanto en lo personal como con el libro?

Matías: Quisiera que el libro llegue al público más numeroso posible, así que el plan más concreto es terminar una traducción al inglés y que también exista esa versión. Además, me gustaría hacer un evento para presentarlo de alguna manera. No sé bien cuándo ni bajo qué formato, pero sí quisiera que suceda algún encuentro para que, quien lo desee, se pueda acercar, escuchar un poco música, ver algún tipo de muestra con material relacionado al libro, tomar algo y tener la posibilidad de llevarse una copia.

RC: La última es para que digas lo que quieras

Matías: Gracias por el interés en mi trabajo y por darme el espacio para difundirlo. Que 2023 nos encuentre escuchando mucho black metal y Type O Negative.

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