Tuvimos el placer de entrevistar a una de las bandas más emblemáticas del heavy metal argentino, y por qué no sudamericano: Tren Loco, que este año agrega un nuevo vagón, o integrante. Es que a Gustavo Zabala y Carlos Cabral se les suma Pablo Soler, bajista, cantante y guitarrista respectivamente de la banda, quienes nos contaron los proyectos a futuro de este Tren que nunca para. Con “Vieja Escuela” el combo mantiene el metal clásico argentino bien en alto porque todos somos vagones del mismo tren: con ustedes (redoble de tambores): el Tren Loco.
RC- Cuenten un poco de esta gira presentando “Vieja Escuela”.
Carlos: Empezamos el 9.
Gustavo: El año pasado fue muy intenso. No avisamos que tocamos mucho, es decir, estamos tocando constantemente y la gente no se entera, pero igual cada recital está colmado.
C: Siempre tuvimos vaivenes en la producción, cambios de managers, quilombos. Pero ahora nos estamos ensamblando, tomando por las astas todo lo que viene. Hay mucho entusiasmo para tocar, pero hay gente que no sabe que tocamos, por factores internos y externos.
G: Fuimos a Mendoza, y un chico nos llamó diciendo: “¿cuándo tocan en Mendoza?”. Nos quedamos pensando, sin saber cómo responderle que habíamos tocado en su ciudad días antes de que nos llamara.
RC- El título bien lo dice, “Vieja Escuela”, de hoy, de siempre. ¿Cómo lo ven?
G: Es un disco que hay que explotar hasta la última pizca, todos los temas nos gustan. Además ahora que agregamos a Pablo a la banda, luego de la partida de Coral del Tren, nos sentimos muy fuertes.
P: Me llamaron de la nada… y acepté (risas).
G: Nos conocemos de hace muchísimo, principios de milenio. Hubo siempre buena onda, pero creo que el climáx fue haber formado La Bestia, el tributo de Iron Maiden con él. Cuando lo llamé se copó en el primer segundo, ahí la relación se convirtió en algo más íntegro. Técnicamente se que toca muy bien, pero lo que más apreciamos es que es una gran persona.
Pablo: Me vas a hacer sonrojar, boludo… (risas).
G: Cuando surge esto de la partida de uno de los guitarristas, toda la banda lo quería a Pablo. Nos habían llamado otros guitarristas, pero ni bien apareció el nombre de Pablo, fuimos de una.
RC- ¿Y qué creés que podés aportar a la banda, Pablo?
P: En lo personal, me tengo que limitar a presentar el disco. Como guitarrista tengo que reproducir lo que está grabado, capaz meta algún toque, algún matiz mío. Pero quiero y voy a respetar el disco y cada nota que sale de él. Quizás en el próximo se noten un poco más mis ideas y ese sería básicamente mi entrada a la banda a nivel compositivo. “Vieja Escuela” se merece que sea fiel a su sonido.
G: La banda está sonando en un punto que queríamos que suene hace mucho tiempo. Yo creo que aporta más técnica y personalidad a las canciones, que si bien no son suyas, dentro de poco creo que van a ser parte de él. Estuvo muy bueno que a la gente le gustó mucho la adición de Pablo a la banda.
C: Venimos comprobando que veníamos tocando un par de veces con el Zombie solo con guitarra. Y con los ensayos con Pablo, suena todo tremendo. Espero que a la gente le guste la sorpresa de vernos en vivo con él. Estamos muy satisfechos. Es la misma banda pero con un condimento más, se nota que hay un cambio.
RC- Volviendo al disco, si bien sigue siendo el Tren, van pasando los años, y pese a que se denominen “Vieja Escuela”; su sonido siempre se modernizó pero siendo fiel a sus raíces. ¿Cómo creen que se llevó a cabo esto o salió de la nada?
G: Con Carlos siempre decimos, algún bichito nos tiene que haber picado. Desde los 14 años que tengo las mismas ganas de tocar. Esa llama, esa pasión. Estoy muy agradecido de tener cada vez más fuerzas y más experiencia. Es verdad, estamos un poco más viejos (risas), pero seguimos siendo los mismos. La pasión tiene mucho que ver, sobre todo cuando está mezclada con el arte. El camino es muy difícil, pero con entusiasmo y amor por lo que uno hace, se prospera, se crece, se sigue viajando con el mismo tren (risas).
C: No nos cae la ficha de todo lo que pasó, hace 23 años… o más (risas) que estamos con esto. Pareciera como si fuese ayer que hace 9 años le firmé una bandera a un chico en Tucumán, y la última vez que estuvimos me la mostró. Es algo indescriptible. Pero seguís con eso y no te das cuenta que seguís creando cosas, desde el 91’ que estamos a full. El día que se pierda eso, vamos a decir chau. Si en una semana no canto, no ensayo, me vuelvo loco! A veces es cómico, porque somos una banda under pero hay gente que te ve por la calle y te saluda. No es de estrella, me tomo el bondi, el subte y el tren como cualquiera, pero pasa siempre que viene alguien y te grita: “aguante el Tren”. Lo único que tengo para decir es: “gracias hermano, sin vos no estaríamos acá”. Y es posta.
RC- ¿Cómo están viviendo este momento con el nuevo disco?
G: Mirá, cuando sacamos “No Me Importa”, veníamos de estar en Polygram y Universal, las bandas se caían del cielo. Por eso “No Me Importa”, pensamos, hagamos la nuestra y ya fue. Fuimos con Alvaro Villagra para sacar el disco y hicimos lo que salió, con canciones que aún tocamos y que siempre vamos a tocar como “Paz De Mentira” o “Clase Trabajadora”. Lo que pareció una derrota, le dimos una vuelta, le vimos el lado positivo, resurgimos y la transformamos en una victoria. Cuando fuimos a Japón, nos enteramos que “crisis” en su idioma significa oportunidad, algo más claro y conciso que eso no hay. Si hay algún problema, buscamos una solución. Cada disco tuvo una idea, “Carne Viva” era para nuestra hinchada, “Ruta 197” era un sentido de pertenencia por todo lo que pasó en 2001, “Sangresur” fue cuando empezamos a ver a Latinoamérica como una patria grande, es decir, Argentina es una provincia, Bolivia también, todos somos parte de este gran continente hecho país, y así seguimos con todo.
RC: ¿Creen que hay algo que le falta a Tren Loco?
G: Sí, claro. Seguir tocando, seguir sacando discos, continuar perfeccionando el sonido. Nunca nos vamos a conformar.
C: Si bien la banda es independiente, nos faltan cosas por afuera de la banda. Con el ímpetu de tocar, queremos que la gente se entere que estamos haciendo cosas constantemente. Es decir, sin propaganda tocamos para 1500 personas en provincia, ¿Qué pasaría si hubiese propaganda? Hasta River no paramos (risas).
G: No me gusta quedar antipático con la gente cuando te dicen: “eh loco, tocaron y no avisaron”. Nos da bronca porque sabemos que podemos mejorar y al mismo tiempo, sabemos que podemos hacerlo. Esa es la principal meta para nosotros. Somos una banda autogestionada que hace todo lo posible para tocar 50 o 60 veces por año. Este año tocamos en Bolivia, en Bariloche, no paramos de movernos, mejor dicho, no queremos.
C: nos gusta muchísimo lo que la banda genera en otro país. Tocamos para 12 lucas de personas en México. Uno no se imagina esas cosas. Y después laburamos como todos los días acá y no nos conoce nadie (risas). Eso es metal.
G: Por ahora tenemos el Metal Para Todos si nos referimos a Capital, pero prepárense que para fin de año vamos a hacer un nuevo Teatro de Flores.