Una lúcida y profunda reflexión que ofrece de primera mano una mirada fresca, cruda y punk, al mismo tiempo que incorpora la perspectiva interdisciplinaria de distintos creadores, pensadores, docentes y periodistas, acerca de uno de los fenómenos artísticos más extremos de las últimas décadas, eso es “Más allá del bien y del punk (ideas provocadoras)”.
Eso es lo que proponen Pil, uno de los pioneros del punk argentino y actual líder de “Pil y los Violadores de la Ley”, y el periodista Juan Carlos Kreimer, considerado uno de los primeros cronistas contraculturales con su libro «Punk, la muerte joven» editado en 1978 y reeditado por Editorial Planeta en 2015.
Kreimer, quien desde su reencuentro con “Los Violadores”, y de sus charlas con Pil en Perú, donde reside con su esposa limeña, y de las que cuales surgen una parte de los escritos que integran la obra, presenta el libro diciendo que «aunque muchos de ustedes tengan familia y trabajen muchas horas por semana y hayan acotado ciertas costumbres, en cada uno de ustedes hay alguien que sigue siendo aquél punk. La buena noticia que vengo a traerles es que ese alguien de ustedes, que en su momento avergonzó a sus familias, compañeros de colegio y confrontó a la sociedad, ese chico raro a que muchas veces les costó sostener y al que muchas veces debieron sacar de la cana, es el mejor de ustedes».
El punk es un recorrido que no se agota en los grandes hitos, las anécdotas y la experiencia de más de 35 años de dos protagonistas de la escena, sino que bucea en las raíces filosóficas y sociales de un movimiento que, lejos de haberse agotado, sigue teniendo proyección y expansión en pleno siglo XXI.
«El punk puede ser gente que hace una autogestión. No es de esperar que la discográfica o un manager te compre, te conozca. Nosotros empezábamos dando panfletos, pegando los afiches en la calle con mucha censura en contra», comentaba Pil.
«Muchos años de sinsabores espléndidos porque era una lucha contra todas las corrientes, contra todos los pronósticos para alcanzar una meta importante que era grabar muchos discos, tener más reconocimiento popular y vivir de lo que nos gusta», agrega.
«Desgraciadamente -acota- se ha estigmatizado mucho el término punk. Y se lo ha hecho caer en esa provocación, pero es un movimiento contracultural muy importante. Es el último movimiento que existió en el siglo XX, y el último en general. Pero con proyección a lo que se viene».
Por el libro desfilan vivencias y experiencias en las voces de Stuka, El Polaco (no el cumbiero, porsupuesto), Gramática, Tucán, Ciro Pertusi y Leandro Donozo, director artístico de la editorial Gourmet Musical, entre otros.
Pil continúa tocando con “Pil y los Violadores de la Ley”, con “Pilsen”, y también en las sucesivas reuniones que “Los Violadores” protagonizaron con ese culto de «nunca nos fuimos, siempre estamos».
Kreimer señala «casi 40 años después cuando vuelvo de jeans y chaleco a Vorterix, al Roxy, Niceto, Salón Pueyrredón o Melonio o visito algunas de las ferias punk que se suceden quincenal o mensualmente en Buenos Aires, tengo una sensación de ET parecida. Por suerte muy pocos reconocen en este señor de pelo blanco y anteojos, a aquél que imaginaron al leerme, en medio de las bataholas iniciales. Algunos me saludan como si me conocieran y agradecen no sé qué».
«Yo mismo me pregunto qué hago sobre el escenario de un punk fest aprovechando el set change entre “Stuka y los Fusers”, y “Pil y los Violadores de la Ley”, o en el cambio anterior a que aparezca “Jauría”. Micrófono en mano, hablo a una multitud de muchachos que hace tiempo dejaron de ser adolescentes y no pueden disimular las huellas que les dejaron, 20, 30 años de punkitud porteña y conurbana. No quiero venderles nada, ni siquiera ejemplares de la edición del libro que se exhibe en el hall. Simplemente compartir lo que, a mi punkólico entender, venimos a celebrar», dijo.