Expresarme, divertirme y jugar con mi autoconcepto

Adentrarse en el nuevo mundo y los colores de EMILY AND es un viaje de ida. El lanzamiento de «Vivo En La Tangente» fue la razón para hablar con ella, aunque razones sobran para tener un ratito para conocer sus perspectivas, tiempo creativo e invertido, el esfuerzo a través de los años y las ganas de siempre generar cosas nuevas. La Manija que ya asoma cabizbaja, taciturna pero muy latente, y mucho presente en una artista repleta de futuro.

RC: ¿Cómo surgió la idea de armar este hermoso disco en vivo y cómo vivenciaste aquella fecha en La Tangente, que justamente ahora podés repetirla hasta la eternidad?

Emily: Y bueno, ya que decidí hacer toda la wea y poner el tremendo esfuerzo que implicó llevarla a cabo, más vale que tenga algo de material para demostrar que se haya hecho, ¿no?
El primer show con banda completa fue en abril de 2022, cuando hicimos la presentación de Spilling the Porotos. Fue un salto enorme para mí. Y un salto de fe. Fue la primera vez que toqué con banda, fue el lugar más grande en que jamás toqué (por lejos), y fue la primera vez que realmente junté todo mi público en un solo lugar. La primera vez que vi pruebas de que ese público realmente existía, y es más, que era una cantidad de gente suficiente como para agotar La Tangente. Antes fueron todos shows pequeños, solistas, en antros, centros culturales de barrio y eventos así medio random en lugares bastante variados. Venía convocando 5-15 personas a las fechas, ponele, muchas veces ni esa, capaz hubo alguna en que convoqué 20. Pero lo que sí, fueron muchas las fechas que toqué, y por todos lados de AMBA. Así es como llegué a tener el público de hoy en día.
La idea fue sacar un disco/registro en vivo de esa primera fecha grande. Pero bueno, viste como son las producciones. La grabación multipista no se hizo. Un malentendido con el sonidista del lugar. Fue una tragedia para mí porque había invertido tanto y sin ese audio perdí la oportunidad de tener ese registro tan valioso de ese momento tan importante. Cuando expresé esto a La Tangente después, buscaron la forma de compensarme. Se re coparon conmigo, la verdad. No me lo esperaba. Un lugar así, pensaba, se lava las manos y chau. Pero no, de hecho en todo tuvieron y siguen teniendo conmigo un trato muy empático y respetuoso. Eso me sorprendió porque no estaba acostumbrada, tengo interiorizada una mentalidad de under muy fuerte, lo daba por sentado que en los lugares así más “arriba”, me iban a ningunear y listo. En fin, como resolución, me ofrecieron otra fecha con otro arreglo. Y así es como terminé haciendo no una, sino dos fechas en La Tangente en 2022. Y volví a ver pruebas, de que el público está. La cosa se hace. Hay que confiar. Y olvidate que la segunda vez, no iba a haber ningún malentendido de ese tipo. El registro se hizo y quedó espectacular.

RC: ¿Cómo sentís que se fue dando la expansión de tu música del folk pop / antifolk a nuevos sonidos psicodélicos, post grunge, rockeros y demás? ¿A qué creés que se debió?

Emily: De alguna manera, siento que todos esos elementos siempre estaban presentes en lo que yo tenía para ofrecer y lo que me interesaba hacer como música, pero simplemente no tenía los recursos para poder ejecutarlos. Y cuando digo recursos lo digo en un sentido amplio que incluye tanto el dinero como el tiempo, el capital social, acceso a espacios, habilidad, conocimiento, autoconfianza, entre otros. Mayor acceso a todos esos recursos, con el tiempo me fue dando y eso permitió que pueda incursionar en otras expresiones de mis ideas musicales, con la ayuda de gente amiga.
Por ejemplo, siempre quería tener una banda, pero tener una banda requiere de un montón de recursos. ¿Cómo voy a tener una banda cuando estoy recién llegada a un país nuevo y no conozco a nadie? ¿Cómo voy a tener una banda si no tengo espacio, equipos o dinero para ir a una sala de ensayo? ¿Cómo voy a tener una banda si no confío lo suficiente en mis propias ideas para animarme a pedirles a otras personas que me ayuden a ejecutarlas? ¿Cómo voy a explicarles mis ideas a un grupo de personas si literal no tengo suficiente manejo del castellano para hacerlo y tampoco entiendo de teoría musical?
Pero también te digo, así como un apartado dialéctico que tira abajo todo el discurso que acabo de tirar, si te fijás verás que en mi discografía hay de todo, desde mucho antes de formar la banda. El primer EP que saqué, en 2014, por ejemplo. Se llama Any Suggestions? Lo produjo Sheets Tucker, amigx súper talentosx que falleció en 2021. Tiene un sonido bastante grunge, bastante psicodélico. También en el disco 100 canciones en 100 días de 2020 hay una variedad enorme de géneros y sonidos. Eso es cuando empecé a producir. No tenía computadora suficiente para soportar ningún DAW, ni nada de conocimiento, pero tenía un iPhone SE y bajé GarageBand. Fui jugando ahí, haciendo canciones, dejando que la intuición me lleve hasta el sonido que sea. Y curtiéndome en el proceso, desarrollando el conocimiento para después empezar a buscar y meter sonidos de manera intencional. Soy muy crack produciendo con GarageBand. Otro programa y estoy en pañales pero con GarageBand manejo una re data.

RC: Hay algo tan particular como especial e hipnótico que se genera con la mezcla de tu música y la performance en vivo, ¿cómo fuiste forjando tu actuación en vivo y de qué manera sentís que representa tus composiciones y voz?

Emily: En principio quiero destacar que la calidad “hipnótica” del material se debe en gran parte a la mirada y el criterio artístico de Santiago Gutiérrez Páez, quien realizó la filmación y también estaba a cargo de su edición y montaje. Tiene un talento realmente sarpado y me siento muy afortunada de contar con su colaboración en mi equipo de trabajo. Asimismo quiero mencionar a Tomás Pojaghi, que hizo la mezcla y master del audio, y a Pulpa Riot, que estaban a cargo de la puesta en escena, vestuario y maquillaje. Y ni hablar, les integrantes de mi banda, que se copan con todo capricho sonoro o performático que se me ocurra.
Hoy en día puedo decir que la actuación en el escenario me nace de manera fácil, pero para llegar a eso, no fue fácil. Llegué a esto a través de un largo proceso de enfrentar inseguridades y estar siempre lanzándome más allá de los límites de mi zona de confort. Estar ahí actuando en el escenario con un contenido tan íntimo y personal es un ejercicio de soltar el miedo y entrar en confianza. Con el público, con mi banda. Con la Emily misma. También es clave eso, conceptualizarle a la Emily And como un ente aparte, algo más grande que yo. Ella es una estrella. Siempre canchera, siempre empoderada. Yo, dentro de todo, soy una persona más bien sencilla y mucho más susceptible.
En el escenario hay que deshacerse de la inhibición. Y no vale hacerlo a medias. O estás full comprometidx o no estás convenciendo a nadie. Es estar ahí 100% presente, conviviendo a pleno con el contenido de la canción. Es canalizar. Y en mi caso, por la naturaleza autobiográfica de las canciones, justamente es canalizar mi yo del pasado y revivir mis mambos del pasado, pero a través de un personaje que tampoco es necesariamente sinónimo con mi yo del presente. Es una cosa muy extraña que de algunas maneras me resulta increíblemente sanadora y de otras me recontra mambea. Sobre todo es interesante.

RC: A la hora de componer y crear canciones, abrís un abanico impresionante de estilos, armando la identidad de tu música y de tus letras, ¿hay algún género con el que te gustaría experimentar? Quizás de forma utópica o que lo veas posible. Y lo mismo en cuanto a tus letras, ¿hay algún concepto que te llame la atención que te gustaría plasmar?

Emily: No hay ningún género en particular que me interesa hacer. Lo que me interesa es expresarme y divertirme y jugar con mi autoconcepto. La diversidad, la libertad. Me gusta trabajar con otras personas que me pueden tirar una interpretación ajena de una idea propia, que esto me sorprenda o me incomode.

RC: ¿Cuál es el mensaje que te gustaría que deje Emily And para la posteridad y que represente lo que hacés?

Emily: El mensaje en sí no creo que sea una cosa efable, como para poder resumirlo de manera concreta en palabras, pero diré que me parece bastante significativo a nivel…pensamiento global o más bien transversal, el hecho de que sea inmigrante estadounidense en Argentina, componiendo en mi segunda lengua. Creo que es significativo que hago mucha música, sin género definido, que trabajo con muchxs productores, así como que sea poliamorosa, que me muevo por diversos ámbitos y me llevo con gente de todos palos. En este mundo hay muchos límites que no tienen por qué estar, y esto lo aplico tanto a nivel geopolítico como nivel social y nivel cognitivo, y nivel estético también. Quisiera que mi mera existencia en este contexto siendo lo que soy y haciendo lo que hago, derrumbe barreras y confunda preconceptos. Sobre todo, es un mensaje que se trata de la libertad, el amor, la unidad, lo humano. Pero bueno, hay muchos matices también, obvio.

RC: ¿Cómo ves el panorama de la música emergente del país? ¿Cuáles bandas te gustan y con quién te gustaría tocar que todavía no se dio la oportunidad?

Emily: Esta es una pregunta gigante así que me voy a extender mucho. Solo puedo hablar de lo que conozco, y sé que hay un montón ahí que no conozco. A nivel país no sé qué tanto puedo hablar, pero de lo que sucede en Buenos Aires, sí. Por un lado, me da cosa empezar a tirar nombres de proyectos porque no tengo ganas de dejar a nadie afuera, pero es imposible eso. Como vemos con esta movida reciente de la “nueva escena emergente”, cuando se trata de prensa y la visibilización de proyectos underground, es mucho más eficaz nombrar siempre las mismas 5 bandas cuando te preguntan, que intentar retratar la realidad de la escena, que es mucho más enorme y diversa.
Hay muuuuchxs artistas/bandas con quienes me interesaría compartir. Había hecho una lista de proyectos con que quería compartir este año…no la tengo a mano pero me acuerdo que estaba Cyano, estaba Fonso, estaban Memu y La Dro, estaba el Máze. Son un montón. Ay, con Nahuel Briones me encantaría compartir, siento que lo que hace tiene mucho que ver con lo mío. También hay los proyectos de les integrantes de mi banda, que están buenísimas, como Kurí, Proyector Escalante, Monoplaza, Tute y los Imaginarios.
Del under bonaerense, hay muchos “sectores”, digamos, de los cuales estoy al tanto y muchos de los cuales que siento que formo parte, sea de manera más bien periférica u ocasional, o más bien central. Todos estos grupos se sobreponen entre sí. Hay ciertos espacios/movidas que frecuento y en que me siento especialmente querida, bienvenida y cómoda, como la de Casa Folk, Fuego Amigo, Sad Pop Club, todo lo que mueve Manu de Kormenia Cultura y el Ciclo Infinito, lo que se arma en la calle en lo de Oli, La Venganza y el Ciclo Intimista en San Miguel. Con Zona Oeste siento bastante pertenencia y cariño en general y me muevo bastante por esos lados, considerando que vivo en capi. Ahí hay muchas bandas que me gustan y tremendos espacios que amo mucho como Creo del Kuore y La Galería, por ejemplo, con propuestas muy diversas. Ahora de hecho, cuando termino de responder estas preguntas, salgo para Morón, voy a una fecha en Espacio Laberinto, lugar que también me encanta. Tocan Humo y Alcohol, Nico Cavi y Poly Pole. El evento lo organiza Biloba, gran gran colega.
En general, veo una cosa que pasa en la escena musical que es que hay ciertos proyectos que tienen mucho apoyo, que se les abre un camino de manera directa. Por tener ciertos contactos en ciertas movidas o en la industria, por tener mucha guita, buena suerte… no sé exactamente qué es, hay factores variados en cada caso, seguro, pero veo que pasa esto. Entendí que también hay muchos que compran seguidores en Instagram o reproducciones en Spotify. Hay muchos que de repente aparecen en todos los playlists y festivales, sin haber hecho mucho recorrido ni sacado mucha música. Ja, bien por ellxs. También entendí que hay muchos que supuestamente están “pegados”, pero en sus recitales no convocan, o por ahí convocan pero es gente careta que no está genuinamente emocionada o conectada con la propuesta. Hay de todo. Pasa de todo.
Hablemos de Billordo, acá tenemos una leyenda de la escena nacional con toda esta historia de abuso atrás, todo este mambo de bullying que se le hizo dentro de la escena que no termino de comprender para nada. Total eran cosas que pasaron antes de que yo llegué al país, pero la repercusión de eso sigue hoy en día, y me parece representativo de lo más oscuro y… pedorro de lo que pasa dentro de la escena independiente en Argentina. Si alguno te agarra mala onda por una pelotudez, pueden saltar a cerrarte puertas en la cara por todos lados, por algo que ni tenga sentido. O sea, en el caso de Billordo, por lo que entiendo, empezó a correr el rumor de que era “mufa” o algo así. Y de repente la gente lo creía, y dejaron de incluirlo en sus movidas, sus espacios. Qué estúpido, qué desgracia. Pero bueno, siguió a pesar de todo y forjó su propio camino, y eso es lo que lo hace legendario. Nada de playlists, nada de festivales, el chabón toca cientos de fechas cada año, tiene público por todo el país y vive de la música.
Hay mucha música que es hermosa que está buena para escuchar, pero ver a unx artista haciendo algo disruptivo, algo subversivo, algo más bien feo, quizás, pero auténtico y sin miedo, es lo que más me interesa e inspira como artista en este camino. Presenciar lo que fue toda la movida de El Doctor entre 2021 y 2022, por ejemplo, que fui a todos los shows desde el de Otra Historia hasta el de Primavera Sound, y vi un poco como era el manejo del proyecto, en cuanto al equipo, la imagen y la producción, como creció y como fue su trato con su público en todo eso, así como su trato con sus detractores. Que digan lo que quieran del Doc, sinceramente eso me inspiró un montón y al Doctor lo admiro muchísimo como artista. También pasó por eso de que nadie por el lado de la industria le abría las puertas, no le dieron un lugar porque se asustaban con el contenido de sus letras, no lo entendían. Pero igual siguió haciendo su arte, porque cuando sos artista de verdad, realmente no te queda otra. Hizo su recorrido igual, y en todos esos años de presencia e insistencia en los márgenes de la escena, cultivaba un público numeroso y muy fiel, que finalmente es lo que le abrió la posibilidad de meterse en el circuito de los grandes lugares y festivales, porque al fin y al cabo, mover gente es mover gente.
Me siento identificada con estas historias porque siento esa misma necesidad e impulso. Voy a hacer mi camino y seguir haciendo mi arte e insistiendo con este proyecto porque no me queda otra. Lo mío no es tan “espantoso” como lo que hace el Doctor, pero definitivamente no es una onda que encaja con las tendencias masivas o que se amolda fácilmente a los caprichos de la industria. Tampoco veo que me abrieron puertas ahí. Pero quién sabe, podría pasar. Hasta ahora, todo lo que logré y lo que estoy construyendo, me la vengo peleando y mi público es 100% real. Es importante para mí ver este tipo de referente en la escena, de artistas que hacen su propio camino y a su manera y a su tiempo, triunfan a pesar de todo, porque demuestra que todo es posible, y me inspira a seguir adelante.

RC: ¿Cuáles son tus planes para el resto de este 2023?

Emily: Voy a sacar un disco. Será mi séptimo LP. Se llama La Manija. Son canciones que escribí en 2019. Lo produjo Dera Palné y lo estamos trabajando desde 2020. Tiene un sonido bastante distinto al del último disco que saqué (Spilling the Porotos). El primer adelanto sale el 21 de junio con un videoclip que estamos realizando junto a Pulpa Riot. Se llama “En el invierno las cosas se complican”, canción que tocamos con la banda en el recital En vivo en La Tangente. Después salen dos adelantos más en agosto y septiembre, y el disco entero en octubre.


 

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